Excursión pendiente realizada, aunque es de aquellas que no te llama especialmente, tiene su encanto y no es fácil, la idea principal era buscar setas de ahí que muchos senderistas se sonreían cuando nos cruzábamos con ellos, no saben que lo nuestro es por deporte, juas.

Barranco de Remuñe, la cascada está antes de llegar a la entrada de la carretera.
El tiempo es demasiado estimativo, creo que es un poco más.
Mirando al revés, a nuestra espalda.
Después de dejar el primer paso por el bosque de pinos, nos encontramos la primera terraza con vistas.
Y ya no nos apartamos de riachuelo, al menos siempre lo podemos ver, ni mucho menos vamos por el cauce.
Empezamos a ver pozas donde nos hubiéramos arriesgado a bañarnos si el calor apretara.
Lo mejor de la excursión es la cantidad de agua que baja por todos lados.
La única palanca que hemos encontrado, aunque se puede seguir el camino por ambos lados.
Resfrescándose.
Renacuajos.
Cabaña de piedra, con suelo adoquinado …
Pisando nieve y …
… y esquiado.
Palanca de troncos.
Llanos del Hospital donde nos esperaba una fresca cervecita.
Última vista atrás.
Ibones de Remuñe.

Ahora me ha llegado el mapa que buscábamos, por eso no hemos encontrado el ibón grande,  pero un poco de culpa la tiene la poca señalización hacia él. Otro día será.

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