El tema que nos ocupa hoy es de AVISO, sabido por todos pero muchas veces olvidado, con el típico pensamiento » a mí no me pasará «, pues nada más lejos de la realidad, nos puede pasar y nadie está exento.
Esta temporada tan triste de nevadas nos ha hecho enloquecer a muchos en cuanto a nevado, ya que este fin de temporada se cierran las estaciones con cantidades y calidades de nieve a partir de 2000 m. que ya se hubieran querido en enero.
Cuando realizamos fuera de pistas debemos mentalizarnos de bastantes cosas y más importantes de lo que creemos.
Primero, buen nivel de esquí.
Segundo, observar el parte de la estación o de los profesionales de esta, documentarnos del sector donde nos adentramos e informarnos si no la conocemos, de los riesgos en esa zona.
Tercero, material de seguridad mínimo, ARVA, PALA y SONDA. ( y si es posible ir más de uno o indicar lo que se va a realizar )
Cuarto, federarse, pues el riesgo que van a coger terceras personas en el rescate tiene un coste.
Quinto, estar completamente en alerta, la montaña no es un parque temático, tiene su propia ley, nosotros solamente podemos prevenir, pero no tenemos nunca un 100% de seguridad.
Mi experiencia, y por suerte puedo contarla, es que la definición de cuando te engulle un alud, es la misma que cuando te engulle una ola grande, pierdes completamente referencia de lo que pasa y parará cuando quiera la montaña, la diferencia es el peso que te queda encima y la lotería de no chocar contra nada.

Lineas negras son las de cortes de alud.
Puntos rojos son la situación de inicio y final, la línea es la trayectoria.

Estos días la zona de Cibollés ha sido muy conflictiva, abundantes rescatados y varias pérdidas de material, algo para no olvidar, la experiencia adquirida fortuitamente (por tonto, posiblemente) tiene que servir para prevenir impulsos rebeldes de desobediencia a lo elemental, votemos por un «freeride» más controlado (aunque se contradiga en sí mismo).
Mientras bajaba por toda la ladera con el alud, la sensación de impotencia es total, los segundos son interminables, todo lo disfrutado hasta entonces se desvanece en un instante. Aprender es de sabios, ni con todos los conocimientos, ni materiales de seguridad, el más elemental de los conocimientos, LEER, se me paso por alto y casi no lo cuento. Esta vez ha sido un susto, uno para aprender, puesto que es muy serio, todavía la montaña manda.
No necesité ser rescatado, pero eso solamente ha sido suerte no una garantía de que siempre sea así.
Durante la bajada a pie con nieve por la cintura, veía familias con niños, grupos no equipados y con niveles precarios que intenté convencer que no cometiera mi fallo. Puesto que pude comprobar que el esquí que recuperé tres metros por encima mío era imposible llegar a él, imaginaros un padre intentando subir a ayudar a su hijo unos metros por encima de él, con los nervios, etc.
Espero a ayudar a frenar la inconsciencia de muchos en la montaña.

Fotografías no editadas hasta hoy, 8 años más tarde (8/4/2020). «Fue como volver a nacer …»

Empezaba todo con la ilusión de un principiante, sin miedo a nada y polvorón.
Priera sorpresa, ver como me pasa por delante semejante alud.
yo encima de lo que había tirado ya un gassex y sintiéndome seguro. Segundo error.
Pero el efecto rebote se me echa encima y ni la veo hasta que …
… me alcanza y desde ese momento todo se ralentiza.
Esos segundos son interminables, te da tiempo en pensar en muchas cosas.
Tuve mucha suerte.
Suerte que no chequé con nada y caí en blando.
Agradecer al os amigos que me rescataron, sin tener que palear.
Solamente recuperé un esquí y un palo, suerte que me saltaron.
Y a partir de aquí empiezas a tomarte el freeride en serio, y estudiar la nivología en montaña.

Agradecerle las fotos de Ángel Sahún que me lo ha recordado esta mañana.

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